Es más frecuente durante la tarde noche, y puede durar desde unos minutos a varias horas.  Suelen aparecer a los quince días de vida y remitir a los tres meses (a veces incluso pueden durar hasta el quinto mes, aunque es más raro).
La causa es desconocida, pero hay ciertos factores que predisponen a la aparición de cólicos como la inmadurez del sistema digestivo (es más frecuente en bebés prematuros), partos complicados o patrones alimenticios anormales (tanto del bebé como de la madre). 
El tratamiento es indoloro para el bebé, se realiza de forma manual y con suavidad, relajando y elastificando el intestino y su sistema fascial, se trabaja desde la entrada del estómago hasta el recto. Suele haber mejoría desde la primera sesión, disminuyendo la intensidad y la duración de los cólicos, aunque es importante acudir primero al pediatra para descartar otra patología.
No es un considerado una enfermedad ya que no impide que el bebé siga creciendo sano, pero es angustioso tanto para el bebé como para los padres, por lo que nuestro paciente no será sólo el bebé sino también su madre.
Nuestra compañera Isabel Hurtado ha realizado una formación específica con la docente Raquel Chillón.